Pág. 224 ej. 2 "Analiza los mapas. ¿Qué tipo de regímenes políticos de fueron imponiendo en Europa en el período de entreguerras?"
En el mapa primero que representa la Europa de 1919 podemos observar que había mayoritariamente regímenes democráticos, exceptuando España, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria, Grecia y Albania que tenían regímenes constitucionales pero no democráticos; la URSS, que tenía un régimen comunista; y Hungría y Turquía, que tenían regímenes dictatoriales. En el segundo mapa se muestra la Europa de 1938 y podemos observar los cambios que ha supuesto el período de entreguerras. Portugal, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia y Austria han pasado de tener regímenes democráticos a regímenes dictatoriales. Albania, Yugoslavia, Grecia, Bulgaria y Rumania que antes tenían regímenes constitucionales pero no democráticos pasan a tener regímenes dictatoriales. Alemania e Italia, anteriormente democráticos mantienen la Constitución pero dejan de ser democráticos. España, que era un régimen constitucional se divide de manera que el este de España en 1938 tiene un régimen democrático pero el oeste mantiene un régimen dictatorial. Turquía y Hungría mantienen sus regímenes dictatoriales al igual que la URSS su régimen comunista y los demás países sus regímenes democráticos.
Pág. 227 ej. 4 "Analiza las causas de que ciertos sectores de la sociedad europea vieran en las dictaduras la solución a los problemas de la posguerra."
La principal causa de ello es la ineficacia de los regímenes democráticos presentes tras la Primera Guerra Mundial. A pesar de que se extendió el sufragio universal masculino (y en algunos casos el femenino) y se ampliaron los derechos individuales, no fueron capaces de resolver los grandes problemas políticos, económicos y sociales de la Europa de entreguerras. Esto supuso que la población considerase mejor el establecimiento de Estados fuertes y autoritarios. En un primer momento se justificó por el deseo de evitar el contagio revolucionario tras la implantación en Rusia del régimen comunista y el estallido de revoluciones comunistas en Hungría y Baviera, y de oleadas de huelgas y reivindicaciones obreras en todo el occidente europeo, entre los años 1919 y 1920. Posteriormente, la crisis económica de los años treinta produjo una convulsión general. Sus terribles efectos (incremento del paro y recrudecimiento de la conflictividad) se tradujeron en desconfianza por los gobernantes y en la radicalización de las posturas políticas. Los principios liberales fueron cuestionados y un dramático retroceso político y cultural de los valores democráticos se extendió por todas partes. Burguesía y clases medias esperaban que el Estado impusiese disciplina y cohesión nacional. Clases bajas solo veían la revolución como solución. Así fue como las dictaduras consiguieron el apoyo de los sectores sociales más temerosos a la revolución.